De puntitas al Metropolitan
Con llamativos vestuarios y delicados movimientos, el Ballet Ruso hizo un tributo a Tchaikovsky.
Con orquesta en vivo y espectaculares vestuarios, el Ballet Ruso se presentó en el teatro Meteopolitan para hipnotizar a los asistentes con sus ligeros y precisos movimientos. Todo esto por tributo a Piotr Ilich Tchaikovsky, a 175 años de su muerte.

Con un teatro lleno y una orquesta que hizo vibrar el lugar, los bailarines rindieron homenaje para uno de los más grandes compositores del romanticismo. Al ritmo de el Lago de los Cisnes; donde el cisne negro, con su danza y movimiento de alas, hizo suspirar a más de uno en el público, El Cascanueces y la Sinfonía No. 6, que escribiera Tchaikovsky antes de morir, se vivieron 2 horas llenas de baile y sentimientos.
Sobra decir que las coreografías fueron limpias y bellas. Pareciera que los artistas estuvieran hechos de nubes y pudieran volar por el aire o dar piruetas con tanta naturalidad. Tal vez fue esa belleza lo que llevó a una niña que, desde su asiento, trató de imitar los movimientos de los brazos y las expresiones faciales de aquellos seres que con licras y de puntitas, crean arte.
Pero ella no es la única, pues cuando la función terminó Ivanna de tan sólo 7 años se veía emocionada y no podía quedarse quieta; nos contó que ya había escuchado las canciones pero no conocía el ballet. Ahora quiere ponerse unas zapatillas y tomar clases de danza, <<de grande quiero ser como ellos (los bailarines). Pero no como las de vestido blanco, quiero bailar como el de alas negras (cisne negro)>> explicó Ivanna, mientras sonreía y apretaba la mano de su abuela.
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